Beneficios de los probióticos en la industria cosmética
Características de la piel
Actualmente, la industria cosmética busca diferentes formas de cuidar y proteger la piel de las personas que deciden usar los productos que esta comercializa. En este sentido, uno de sus principales retos es encontrar un balance entre la protección de la microbiota, que puede deteriorar las funciones del cosmético en uso, y la composición natural de la microbiota de la piel.
Es importante destacar que, la piel es el órgano más grande de los seres vivos, razón por la cual está conformada por diferentes capas que cumplen funciones específicas, cada una apta para proteger al organismo de múltiples cambios, entre ellas captar información del exterior. La epidermis es la capa más externa y protege frente a la pérdida de agua, hace de barrera frente a toxinas, resiste estrés mecánico y participa en respuestas inmunes (Megías, Molist, & Pombal, 2018, p. 1).
Continuando con la dermis, esta tiene funciones específicas de nutrición a la epidermis y sus derivados, al estar formada por tejido conectivo, también es la encargada de dar un soporte mecánico a la epidermis. Finalmente, se encuentra la hipodermis, o tejido subcutáneo, está formada principalmente por células adiposas rodeadas por tejido conectivo laxo y presenta distinto grosor dependiendo de la zona del cuerpo que consideremos (Megías, Molist, & Pombal, 2018, p. 2).
Microbiota presente en la piel
En ese sentido, estas capas respaldan la función protectora de la piel, puesto que esta presenta en todo momento interacción con múltiples agentes externos y, además, puede constituir un ecosistema complejo que sustenta diferentes nichos ecológicos. Entre estos se encuentra la microbiota bacteriana, que según sus características, se puede definir el tipo de relación ecológica en la piel, estos son:
- Microbiota residente: Es caracterizada por estar formada por un grupo mayor conformado por bacterias corineiformes y por estafilococos, y un grupo menor conformado por micrococos y Acinetobacter spp (Patiño & Morales, 2013, p. 149). Esta microbiota en particular no representan un peligro para la piel, por lo cual, su relación ecológica puede ser de comensales y/o mutualista.
- Microbiota transitoria: Estos organismos se conocen por tener un tiempo determinado en la piel, pueden habitar allí durante horas o días, en condiciones de cuidado normales no suelen ser patógenas. Está conformada principalmente por bacterias Gram positivas, como estreptococos del grupo A, S. aureus y cocos del género Neisseria (Patiño & Morales, 2013, p. 149).
Dentro de la constitución protectora de la piel, se encuentran las barreras físicas e inmunológicas que responden a la interacción con las bacterias anteriormente mencionadas. Para esto, el proceso de producción de los péptidos antimicrobianos, que controlan el crecimiento microbiano en la superficie de la piel, se lleva a cabo en diferentes células de la piel (queratinocitos, células sebáceas, glándulas ecrinas y mastocitos) y en células circundantes como los neutrófilos y las células asesinas naturales (Patiño & Morales, 2013, p. 151).
Probióticos en cosméticos
En consecuencia, durante los últimos estudios se demuestra que existen dos tipos de probióticos que pueden ser beneficiosos, de los cuales, cada uno conserva características relacionadas con las propiedades de la piel, aquí se reconocen los probióticos muertos conocidos como tindallizados (eliminados por calor) quienes conservan funciones para tratar trastornos como la dermatitis atópica (Saló & De La Fuente, 2019, p. 51). Esta cualidad permite que estos probióticos sean mucho más seguros y tengan una vida útil más larga y atractiva al mercado de cosméticos.
Siendo así, para obtener resultados satisfactorios en el uso de un producto dermocosmético, que pueda responder a las necesidades de las personas y logre una interacción positiva con la microbiota residente en la piel, este debe contener alto contenido de una de las principales bacterias comúnmente utilizadas en los probióticos y es la familia Lactobacillus, debido a que carecen de lipopolisacáridos proinflamatorios, estimulan el crecimiento de otras bacterias comensales y tienen un efecto antiinflamatorio en los queratinocitos humanos (Saló & De La Fuente, 2019, p. 51).
Técnicas de control microbiológico
Es importante que la evaluación de la seguridad de los cosméticos comercializados se ajuste al reglamento Europeo, en donde estipula que la composición del producto debe garantizar la protección de la salud de los consumidores, por lo cual, es importante realizar los análisis especializados que muestren la interacción, recuento y beneficios de la microbiota utilizada en su composición. Desde TSI y Laboratorios Eurofins se sugieren los siguientes análisis:
Control de calidad microbiológico de productos
- Recuentos totales TYMC y TAMC (normas ISO 21149 e ISO 16212, Farmacopea europea (EP) Cap. 2.6.12, USP <61>, PCPC M-1).
- Detección e identificación de microorganismos especificados (normas ISO 21150 (Escherichia coli), ISO 22718 (Staphylococcus aureus), ISO 18416 (Candida albicans), ISO 22717 (Pseudomonas aeruginosa), EP 2.6.13, USP <62>).
- Detección e identificación de microorganismos especificados y no especificados (norma ISO 18415).
- Pruebas de esterilidad (según USP <71>).
Validación: aplicabilidad del método
- Neutralización de las propiedades antimicrobianas de los productos.
- Validar el caldo diluyente / neutralizador y los factores de dilución (Eurofins, 2023).
Referencias
Eurofins. (2023). Microbiología para productos cosméticos. Eurofins España. https://www.eurofins.es/cosmeticos/servicios/microbiolog%C3%ADa/
Industria Cosmética. (2023). La sostenibilidad en la cosmética: Retos y oportunidades. Industria Cosmética. https://www.industriacosmetica.net/digital-versions/magazines/pdf/13/50/
Megías, M. (2017). El sistema tegumentario. Universidad de Vigo. https://mmegias.webs.uvigo.es/descargas/o-a-tegumento.pdf
Patiño, L. A., & Morales, C. A. (2013). Microbiota de la piel: el ecosistema cutáneo. Revista Asociación Colombiana Dermatología.
Microbiota de la piel, Barreras protectoras, Probióticos en cosmética, Control microbiológico, Lactobacillus
- Autor: Nicol Sarasty Medina